Juana Escudero, una mujer sevillana ha conseguido demostrar nueve años después que aún sigue viva. Todo empezó cuando enterraron a su hermana con su nombre. Tiene una lápida con su nombre, apellidos y fecha de defunción en un cementerio de Málaga.
La mujer se dio cuenta del error cuando acudió al médico por un cólico nefrítico y en el ordenador figuraba como fallecida. Desde entonces, Juana ha vivido un auténtico calvario para realizar cualquier gestión. Hoy, esa pesadilla ha terminado después de que un juzgado de Málaga haya confirmado que no está fallecida gracias a unas pruebas de ADN.
Ahora se investiga si ha sido usurpación de identidad de la pareja de la fallecida, que murió repentinamente. La mujer piensa denunciar.
Curiosamente, Juana estaba muerta para todo menos para el banco. Pagaba la hipoteca, los recibos y hasta el seguro de vida.
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