La banca toma medidas preventivas frente a un posible repunte de la morosidad y aumenta las provisiones en un 31%.
Durante el último año, entidades como Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja han mantenido controlado el volumen de impagos en sus carteras, pero han decidido incrementar gradualmente el nivel de provisiones trimestre a trimestre para anticiparse a los posibles impactos de la morosidad en los próximos meses.
Santander ha elevado sus provisiones de 2.101 millones en el primer trimestre de 2022 a 2.873 millones al cierre de marzo de este año. Por su parte, BBVA ha añadido 968 millones a su reserva para cubrir deterioros en el primer trimestre de este año, en comparación con los 737 millones provisionados entre enero y marzo de 2022. Las entidades con mayor presencia en España, como CaixaBank y Sabadell, han aumentado sus provisiones de manera más moderada, pasando de 228 millones a 255 y de 172 millones a 186, respectivamente. En cuanto a Unicaja, ha reducido las aportaciones a la reserva para cubrir impagos, disminuyendo de 51 millones a 35. En total, las provisiones de los seis bancos cotizados han aumentado en 1.052 millones, representando un incremento interanual del 31%.
Carlos Marcos y Breogán Porta, socios responsables del sector bancario de Mazars en España, explican que tanto las entidades financieras españolas como europeas han mantenido niveles de cobertura y coste de riesgo estables durante el primer trimestre de 2023 y el ejercicio 2022. Aunque la morosidad de la banca se mantiene en mínimos desde 2008, con un 3,51%, los supervisores bancarios y los propios bancos están atentos a una bolsa de crédito en vigilancia especial. Estos son préstamos que aún no han experimentado impagos, pero en los cuales las entidades han observado un aumento significativo del riesgo desde su concesión.
Los supervisores bancarios clasifican los préstamos en diferentes etapas según su calidad de pago: etapa 1 (crédito sano), etapa 2 (crédito en vigilancia especial) y etapa 3 (créditos dudosos). Cuando un banco mueve un crédito de la etapa 1 a la etapa 2, es porque percibe un aumento del riesgo de impago y debe incrementar las provisiones. Este estado previo a los deterioros preocupa tanto al Banco de España como al Banco Central Europeo (BCE).
El último Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España revela que el volumen de créditos en vigilancia especial asciende a aproximadamente 87.000 millones de euros, lo cual representa el 6,5% del PIB español en 2022.
El equipo de la consultora financiera Accuracy destaca que el aumento del coste del riesgo debería reflejar una mayor pérdida esperada estimada por los bancos debido al aumento de la morosidad. Además, señalan que los bancos con mayor presencia internacional han experimentado un incremento significativo en comparación con la banca nacional.
Los propios bancos reconocen que es probable que la morosidad comience a aumentar a finales de este año, pero aseguran que será manejable. Ángel Rivera, consejero delegado de Santander España, afirmó la semana pasada durante un evento que habrá incumplimientos, pero no una situación dramática de morosidad. Destacó que han aprendido a gestionar las entidades de manera prudente y a tomar medidas anticipadas para mitigar la morosidad.
Tanto el Banco de España como el BCE han instado a la prudencia en los últimos meses. Aunque las familias han acumulado ahorros durante la pandemia, la crisis de los precios elevados y las continuas subidas de los tipos de interés están presionando cada vez más la capacidad de pago. Por ello, se ha pedido a los bancos que utilicen sus mayores beneficios para dotar provisiones. Las entidades han respondido a esta solicitud aumentando sus provisiones y siguiendo las recomendaciones de los supervisores.
En resumen, la banca ha decidido elevar las provisiones en un 31% como medida preventiva ante un posible repunte de la morosidad. Aunque aún no se ha experimentado dicho repunte, los bancos están atentos a una bolsa de crédito en vigilancia especial que muestra un incremento significativo del riesgo. Los bancos reconocen que la morosidad podría aumentar a finales de este año, pero confían en su capacidad para gestionarla adecuadamente. Los supervisores bancarios han solicitado prudencia y han instado a los bancos a utilizar sus beneficios para fortalecer las provisiones.