Elegir una hipoteca puede resultar abrumador y confuso, por eso es importante tener ciertos factores en cuenta. Lo principal es tener en cuenta las circunstancias y necesidades de cada uno, lo que incluye la solvencia, la situación económica, objetivo de compra, etc.
Los cambios que se vaticinan para 2022 van a influir en la elección del tipo de préstamo para adquirir una vivienda, pero también son determinantes el perfil del futuro propietario y el objeto de su compra
Circunstancias personales: ¿perfil conservador o amante del riesgo?
La capacidad del futuro propietario para asumir riesgos desempeña un papel decisivo en la elección del tipo de hipoteca. Los perfiles con menor tolerancia y, por tanto, más conservadores, encuentran en la hipoteca a tipo fijo tranquilidad y estabilidad, ya que su cuota mensual no varía, al no estar expuesta a las fluctuaciones del mercado.
Colombelli recomienda esta modalidad a los compradores que prevén que en el futuro aumenten sus gastos al, por ejemplo, formar una familia. También para aquellos que no puedan asumir aumentos en su cuota mensual porque ya está muy ajustada a sus ingresos —los organismos oficiales recomiendan que la mensualidad no supere el 30% de su salario y que el nivel de endeudamiento total (incluida la hipoteca y otros préstamos) no supere el 35%—.
Por el contrario, las hipotecas a tipo variable, en las que la cuota fluctúa según la evolución del euríbor, son más apropiadas para aquellos que se sientan cómodos asumiendo riesgos o que dispongan de margen para hacer frente a un aumento en la mensualidad, en el caso de que este índice suba.
Contexto económico: euríbor en ascenso y aviso de subida de tipos
El solicitante debe tener en cuenta la coyuntura económica para decidirse por una modalidad u otra de hipoteca. Pero, avisa Colombelli, no hay que tomar una decisión basándose únicamente en el corto plazo. Ambas, tanto la fija como la variable, cuentan con condiciones favorables en este momento, por lo que también se debe evaluar un periodo más largo.
En este análisis hay un elemento clave: el euríbor. Durante 2021 se mantuvo en niveles históricamente bajos. Cerró el año igual que lo empezó, en el -0,505%. Lo que ofreció a los titulares de hipotecas a tipo variable un precio más reducido que en los años anteriores.
Desde entonces ha comenzado a subir ligeramente. En enero, la cifra escaló hasta el -0,477% y a 15 de febrero se encontraba en -0,341%.
Leyre López, analista de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), señala que, aunque ha experimentado un repunte, se mantiene por debajo de cero. “No son subidas a terreno positivo, lo que beneficia a quien suscriba una hipoteca a tipo variable”, detalla.
La analista de la AHE pone un ejemplo: quien suscribió una hipoteca a tipo variable en enero de 2021 por 150.000 euros a 25 años —duración media de los préstamos hipotecarios en España—, con un diferencial de 1% más el euríbor (en aquel momento se situaba en el -0,505%), pagó una cuota durante todo el año de 532 euros. Al afrontar su revisión en febrero de este año, con el euríbor de enero a -0,477%, la mensualidad ha crecido a 533 euros.
Los expertos prevén que esta tendencia alcista, aunque moderada, se prolongue durante todo el año. No obstante, apuntan que el euríbor continuará en valores negativos, al menos, durante los próximos dos años. Juan Villén, responsable de Idealista Hipotecas, destaca que no es fácil poner una fecha: “El Banco Central Europeo [BCE] ha anunciado que subirá los tipos de interés, pero no se sabe exactamente cuándo. Se pueden dar varios escenarios: si la inflación sigue disparada, ocurrirá antes; pero si se controla, quizá no se planteen aumentarlos”.
Ante este panorama y con las previsiones actuales, la hipoteca a tipo fijo ofrece ventajas, ya que las cuotas no subirán aunque crezcan los tipos de interés. El efecto de la inflación natural de la economía, que se produce paulatinamente a lo largo de los años, hará además que, en una hipoteca a tipo fijo a 30 años, la cuota cada vez tenga menos impacto en el bolsillo del comprador.
En la actualidad sigue siendo una buena opción contratar una hipoteca a tipo fijo, afirma Villén. “Las entidades bancarias las ofrecen en condiciones muy competitivas”. Y Colombelli señala otra ventaja: ante la subida del euríbor esta modalidad es más favorable.
La hipoteca a tipo fijo es la más contratada en España. El 64,3% de los préstamos hipotecarios que se firmaron en noviembre de 2021 fue de esta modalidad, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE). Leyre López explica que ante la incertidumbre provocada por la situación derivada de la pandemia los compradores tienden a escoger opciones más seguras.
Objetivo de la compra: ¿para uso habitual, segunda residencia o inversión?
El fin de la compra del inmueble también influye en el tipo de hipoteca que se contrata. No es lo mismo financiarlo para convertirlo en la vivienda habitual que hacerlo como inversión y ponerlo en alquiler.
La primera vez que se contrata una hipoteca suele ser para la compra de la vivienda que se convertirá en el hogar. El perfil del titular suele ser joven, de entre 30 y 45 años y en pleno desarrollo de su carrera profesional. Como se firma a largo plazo, la incertidumbre por los movimientos del mercado es mayor, por eso se tiende a contratar préstamos hipotecarios a tipo fijo.
Las hipotecas para una segunda residencia se contratan normalmente por periodos más cortos, entre 10 y 20 años. “Se hacen en un momento más avanzado de la vida, cuando se es mayor y los bancos optan por plazos más cortos para la devolución del préstamo”, detalla Colombelli. Lo mismo ocurre cuando el objetivo de la compra es la inversión, ya que lo más común es buscar la amortización del inmueble.
Fuente: elpais.com