Cuando te deniegan la hipoteca porque hace 10 años sufriste un cáncer

Los supervivientes aseguran que las entidades financieras los discriminan al tratar de contratar un producto por haber padecido cáncer. Piden que se regule el derecho al olvido oncológico.

Alfonso Dacasa, barcelonés de 39 años, entendió de golpe la importancia del «derecho al olvido oncológico» el día que acudió a una entidad bancaria para pedir un préstamo hipotecario. Este mayo hará una década que superó un linfoma no Hodgkin, del que no queda rastro en su organismo pero sí un apunte en su historial médico que se ha convertido en una especie de alarma que salta cada vez que cruza la puerta de una entidad financiera para pedir un préstamo o trata de contratar un seguro médico.

El agente que le gestionaba la hipoteca le explicó que para concedérsela debía de contratar un seguro de vida, un requisito aparentemente fácil de sortear. Una enfermera de la aseguradora lo llamó por teléfono para realizar el trámite. «Y cometí el error de mencionar la palabra cáncer, me lo tenía que haber callado, porque en el momento que dices ‘cáncer’ se bloquea el sistema. ‘¿Has sufrido cáncer?’, me preguntó la enfermera. ‘Sí, pero está en remisión completa…’. Ya daba igual lo que dijera después. Luego me llamaron del banco y me comunicaron que el préstamo había salido denegado. ‘¿Por qué?, ¿por el seguro?’. ‘No, no, el comité de riesgo no lo ve factible?’. ‘¿Por qué motivo?’ ‘Eso es interno'», cuenta Alfonso cómo le trasladaron la negativa con evasivas.

Ha intentado también suscribir una póliza médica, pero su pasado oncológico lo hizo igualmente «imposible». El carné de conducir lo tiene que renovar cada tres años, también a consecuencia del cáncer que sufrió.

Marta Sánchez, auxiliar de clínica madrileña, tiene 31 años y superó una leucemia mieloide aguda cuando tenía 13. Han pasado 18 años pues. Igual que Alfonso, el año pasado solicitó un préstamo hipotecario con su pareja. El banco también les pidió a ambos la contratación de seguros vida. «Lo hicimos a través de un gestor y, cuando rellenamos los formularios, directamente el gestor me dijo: ‘El tuyo no lo vamos a entregar porque a ti, con este problema que has tenido, te van a tirar. Nos concedieron la hipoteca sólo con mi pareja asegurada pero perdimos la mitad de la bonificación», cuenta Marta.

EN ESTA LEGISLATURA

Por Alfonso, por Marta y por el 1,6 millones de supervivientes de cáncer que hay en España según Gepac (Grupo Grupo Español de Pacientes con Cáncer), el pasado 19 de abril la diputada del PNV Idoia Sagastizabal preguntaba en el Congreso de los Diputados si el Gobierno iba a garantizar el derecho al olvido oncológico, es decir, «el derecho de aquellas personas supervivientes de cáncer a que las entidades financieras no tengan en cuenta su historial médico para contratar productos financieros», en palabras de la propia Sagastizabal.

La vicepresidenta Nadia Calviño le contestó asegurando que el Ejecutivo hará «todo lo posible» para llevar a cabo las modificaciones legales que lo garanticen en esta misma legislatura, es decir, antes de fin de año. «Es inaceptable que se discrimine, se rechace y se restrinja el acceso a servicios financieros a las personas que hayan sufrido una enfermedad en el pasado», declaraba la vicepresidenta.

El derecho al olvido oncológico se introdujo en el debate público en España hace poco más de un año, de la mano de la Fundación Josep Carreras. En la entidad descubrieron la envergadura del problema al ver los datos que arrojaba el estudio Jóvenes y Leucemia, que presentaron en noviembre 2022 y en el que encuestaban a personas de entre 18 y 35 años que habían sufrido o sufrían leucemias agudas y linfomas agresivos. Contaron con las respuestas de 400 jóvenes, el colectivo más susceptible, por la edad, a solicitar hipotecas o préstamos.

«Entre las cosas por las que les preguntábamos -cómo había sido su experiencia con el cáncer en todo lo que no es médico: estudios universitarios, a nivel laboral, quién le cuidaba…-, estaba el acceso a seguros y productos financieros. Cuál no fue nuestra sorpresa al saber que un 83% había tenido dificultades para tramitar un seguro de vida, el 47% un préstamo y el 70% un seguro de decesos», explica Alexandra Carpentier, responsable de Experiencia del Paciente de la Fundación Josep Carreras. En la entidad que lucha contra la leucemia se pusieron a indagar sobre el tema y lo primero que constataron es que no había en España regulación al respecto.

Descubrieron también que unos meses antes de la presentación del informe, en febrero de 2022, el Parlamento Europeo había solicitado a todos los Estados miembros que, como muy tarde en 2025, debían garantizar «el derecho al olvido a todos los pacientes europeos 10 años después del final de su tratamiento y a más tardar cinco años después del final del tratamiento para los pacientes cuyo diagnóstico se haya realizado antes de los 18 años» para «evitar la discriminación y mejorar el acceso de estas personas a los servicios financieros».

«Según la UE, además, sólo hay tres países miembros que no tienen esta normativa, España, Malta e Islandia. El primer país en aprobarla fue Francia en 2016, luego lo hicieron Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Portugal…», subraya Alexandra Carpentier el retraso respecto a nuestro entorno. «¿Qué hemos hecho desde la Fundación? Empujar y poner el derecho al olvido oncológico en la agenda social. Y ahora parece que hay un acuerdo total para regularlo», añade en referencia a las palabras de Calviño y a la aprobación, el pasado 29 de marzo, por parte de la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados de una Proposición No de Ley (PNL) presentada por el PSOE para pedir la regulación del derecho al olvido oncológico. La medida contó 31 votos a favor y cinco abstenciones, éstas de Vox.

LOS PORTADORES DE VIH

La nueva normativa supondría incluirlo en la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, que fue modificada en 2018 para proteger a los portadores de VIH y sida. «La ley recoge que no se puede discriminar en el acceso a productos bancarios y similares a personas con VIH u ‘otras condiciones de salud’. El VIH era hace 15 años una enfermedad con mucha mortalidad que hoy se controla con pastillas, pero las ‘otras condiciones de salud’ nunca se llegaron a especificar. Es lo que ahora en principio se va a hacer para incluir a los supervivientes de cáncer, imagino que en sintonía con Europa. Es decir, que a partir de los 10 años de la remisión total de un cáncer no se pueda tener en cuenta el historial médico de la persona para denegar un producto financiero; y si el cáncer se ha sufrido antes de los 18 años, cinco años en lugar de 10″, explica Alexandra Carpentier.

Pide la experta además al Gobierno que a la hora de legislar tenga en cuenta a los pacientes crónicos de cáncer, que nunca se liberarán de la enfermedad y quedarán por tanto fuera de esas horquillas. «Si te piden que hayas cumplido 10 años después de la remisión total, ¿qué pasa con los cánceres que se cronifican? La leucemia mieloide crónica, por ejemplo. Los pacientes que toman una pastilla al día el resto de su vida y tienen una esperanza de vida igual que el resto de la población pero no entran en remisión podrían quedar en un nuevo vacío legal».

Juan Santiago, empleado en un despacho de abogados en Barcelona, de 33 años, ve con alivio el anuncio de regulación, aunque aún tendrá que esperar seis años para que en su caso se haga efectivo el olvido oncológico. Fue diagnosticado de leucemia en abril de 2019 y desde noviembre de ese año, tras someterse a un trasplante de médula, no ha vuelto a tener rastro de la enfermedad. Hasta 2029, por lo tanto, no cumplirá una década libre de ella.

Su experiencia hasta ahora con el mundo financiero como persona que ha sufrido un cáncer es un intento frustrado de contratar un seguro médico (denegado), la renuncia al que él ya tenía porque le triplicaban el precio y otra negativa cuando intento suscribir una póliza de decesos. «Nunca me lo había planteado, pero a raíz de lo que me sucedió [la leucemia], intenté hacerlo, por si me pasaba algo que mi madre no tuviera que hacerse cargo de ningún coste, pero me dijeron que no», cuenta. Acaba de comprarse un piso sobre plano y el año que viene tendrá que pedir un préstamo hipotecario. «Y me da miedo que me no me la concedan por mis antecedentes», dice.

«Si no recuerdo mal, según los últimos dato de la SEOM [Sociedad Española de Oncología Médica], la supervivencia en hombres está en torno al 55% y en mujeres en el 61,7%. Eso quiere decir que cada vez más personas se recuperan o cronifican la enfermedad y hemos de promover la no discriminación de este colectivo y crear caminos normativos que le ayuden a la reinserción», dice Clara Rosàs, gerente de FECEC (Federación Catalana de Entidades contra el Cáncer), quien además de en el veto financiero pone el acento en las dificultades que tienen los supervivientes para reincorporarse o iniciar la vida laboral. «Volver al trabajo es muy importante porque vertebra la vida social y a nivel económico garantiza la estabilidad. Pero sabemos que el riesgo de que estas personas se queden en el paro es cuatro veces superior al de otra que no padece la enfermedad», explica Rosàs.

Marta, la joven que superó una leucemia a los 13 años, está convencida de que la han marginado en procesos de selección por su pasado oncológico. Ahora trabaja como auxiliar de clínica en la sanidad pública madrileña, pero antes, cuenta, fue rechazada en varias empresas privada hasta que decidió no contar que había sufrido cáncer. «Yo siempre he hablado abiertamente de mi enfermedad, porque no es algo de lo que tenga que avergonzarme. Habrá quien saque algo positivo, pienso. Pero en la empresa privada tuve que ocultarlo en el proceso de selección, no mentí, sólo no lo dije, porque si lo dices y hay otra persona con tu nivel formativo y tu edad libre de la enfermedad, siempre se van a quedar con la otra. Me sucedió en un par de procesos».

Fuente: https://www.elmundo.es/espana/2023/05/07/64552c53fdddff568c8b45a6.html

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