Descubre cómo un fallo judicial reciente cambia el juego a favor de los consumidores.
El Tribunal Supremo ha emitido un fallo revolucionario, anulando una cláusula suelo hipotecaria pese a un acuerdo previo entre el banco y el cliente. Este acuerdo, establecido en 2014, terminaba con la cláusula suelo a cambio de que el cliente desistiera de futuras reclamaciones. Sin embargo, el Tribunal dictaminó que el acuerdo no se basó en un consentimiento «libre e informado», obligando al banco a devolver casi 1.800 euros más intereses al cliente.
La disputa se originó en un préstamo hipotecario de 2008 con Caja Castilla-La Mancha (CCM), luego absorbido por Liberbank, que incluía una cláusula suelo del 3% y una techo del 11% sobre 112.000 euros. En un intento por evitar litigios, Liberbank propuso en 2014 eliminar la cláusula suelo, pero incluyó una cláusula que impedía al cliente reclamar pagos excesivos previos.
La batalla legal comenzó en 2016, cuando el consumidor desafió la validez de la cláusula desde el inicio del préstamo hasta su eliminación. Los tribunales de primera instancia y la Audiencia Provincial de Toledo apoyaron al consumidor, una decisión que el Tribunal Supremo ha confirmado, resaltando la falta de transparencia y el consentimiento no informado en el acuerdo.
Este veredicto no solo beneficia directamente al demandante, sino que también establece un precedente significativo contra las cláusulas abusivas en préstamos hipotecarios. Según reclamador.es, el coste medio de estas cláusulas para los consumidores españoles ronda los 7.700 euros, variando según diversos factores.
Leticia Grande, abogada de reclamador.es, recalca la importancia de la justicia como recurso para los consumidores frente a la reticencia bancaria a reconocer prácticas abusivas y devolver lo adeudado. Este caso destaca la necesidad de asesoramiento legal especializado para navegar en litigios contra entidades financieras, defendiendo eficazmente los derechos del consumidor.