Algunos de los factores que pueden encarecer considerablemente el precio de la hipoteca y que no tienen nada que ver con el interés que pagamos son los siguientes:
La evolución del euríbor
Como decíamos unas líneas más arriba, el TIN que pagamos por la hipoteca es la suma tanto del tipo de interés de referencia (que suele ser el euríbor) y el diferencial. En este sentido, el diferencial podrá mantenerse estable o variar según avanza el plazo de la hipoteca (depende de cada banco y de las condiciones de la hipoteca). Sin embargo, su pago siempre será independiente del tipo de interés de referencia.
Sin embargo, en el caso de una hipoteca variable, la parte correspondiente al tipo de interés de referencia fluctúa al mismo ritmo que lo hace el euríbor. De esta forma, si el euríbor está bajo (como actualmente), pagamos menos y si el euríbor sube, pagaremos más, por lo que no deja de ser un factor muy importante a tener en cuenta a la hora de saber cuánto pagaremos realmente por nuestra hipoteca. Para evitar esta dependencia, muchos hipotecados están apostando por el tipo fijo, lo que les permite pagar el mismo importe desde la primera hasta la última cuota del préstamo.
Los seguros
Independientemente de que contratemos una hipoteca variable o fija, es muy habitual que, al hacerlo, el banco solicite que también contratemos uno de sus seguros para mejorarnos las condiciones del préstamo. Por lo general, un seguro de hogar, aunque pueden ser también seguros de vida, de salud o de cualquier otro tipo. En el caso del cliente no quiera contratarlos, el tipo de interés de la hipoteca será más alto.
Este gasto será independiente de la hipoteca. No obstante, será un gasto añadido con el que deberemos contar cada mes y que, de no contratar la hipoteca, no tendríamos que hacerlo. Po eso, y aunque se trate de un gasto independiente, es importante no perderlos de vista.
Las comisiones
Otro de los gastos que pueden encarecer la contratación de una hipoteca más allá del diferencial son las comisiones. Las comisiones son cobros que realiza la entidad bancaria como consecuencia de un servicio o acción concreta que se lleva a cabo.
Por ejemplo, se puede cobrar una comisión de apertura en el momento de contratar la hipoteca, o se pueden cobrar comisiones asociadas a la amortización anticipada del préstamo hipotecario (es decir, por pagar una parte o la totalidad de la hipoteca antes del plazo previsto). Por ello, y aunque no sean elementos relacionados directamente con la hipoteca en sí misma, conviene tenerlos en cuenta a la hora de tener un mayor conocimiento sobre el gasto real que supondrá la hipoteca que contratemos.
Productos complementarios
Entre los factores que pueden encarecer el precio final de una hipoteca y que no es el diferencial también encontramos los productos complementarios que ofrecen los bancos y que es necesario contratar si queremos conseguir una hipoteca bajo determinadas condiciones.
Entre ellos se encuentran, además de los seguros, la domiciliación de los ingresos de los titulares del préstamo en la entidad, el uso de tarjetas de débito o crédito, las domiciliaciones de determinados recibos e incluso las aportaciones periódicas a un plan de pensiones.