Pedir una hipoteca para adquirir una vivienda es común, especialmente entre los jóvenes. Sin embargo, no solo debes considerar la duración del préstamo, sino también tu edad, ya que los bancos establecen límites.
Aunque los préstamos hipotecarios pueden durar varias décadas, los bancos evalúan la edad de los solicitantes y fijan un límite para conceder financiamiento. Por ejemplo, si tienes 55 años y deseas firmar una hipoteca a 25 años, podrías encontrarte con un obstáculo. Los bancos realizan una suma crucial: tu edad actual más el plazo del préstamo no debe superar los 75 años.
Supongamos que tienes 50 años, eso significa que tendrías 25 años para pagar la hipoteca. En cambio, si tienes 65 años, solo dispondrías de 10 años para liquidarla. Esto puede plantear problemas si te encuentras en el segundo grupo de edad.
Sin embargo, no existe una regla general en la ley, ya que cada banco aplica sus propios criterios. Su principal objetivo es asegurarse de que puedas devolver el préstamo, por lo que se recomienda explorar varias entidades para encontrar las mejores condiciones que se adapten a tu situación.
Si tu edad representa un desafío, una alternativa podría ser incluir a otra persona más joven como titular, lo que podría extender la duración del financiamiento. Además, el banco puede requerir un seguro de vida como medida adicional de seguridad.
En cuanto a la duración del préstamo, aunque no existe una limitación legal, el Banco de España recomienda un plazo máximo de 30 años. Siguiendo esta sugerencia, la edad máxima para solicitar una hipoteca por cuenta propia sería de alrededor de 45 años.