La banca, a la espera de los cambios a la hipoteca fija

Desde la subida del euríbor, y su entrada en terreno positivo, son muchos quienes ya han dado el paso de cambiar a una hipoteca fija. Sin embargo, muchos todavía están por hacerlo y los bancos se preparan para ello.

La escalada del euribor va a provocar importantes cambios en el mercado de las hipotecas, tanto desde el lado de la oferta como de la demanda. Los bancos, ante este escenario, se están preparando para afrontar el nuevo entorno, en el que previsiblemente los tipos de interés empezarán a subir. Una de las consecuencias que traerá esta nueva coyuntura será un esperado aluvión de renegociaciones de préstamos para convertir los tipos variables en fijos.

Según señalan distintas fuentes financieras a THE OBJECTIVE, los clientes ya están incrementando las solicitudes para llevar a cabo estas modificaciones. Los titulares de estos créditos pretenden protegerse ante el encarecimiento de las cuotas, después de haber visto cómo en abril el euribor ha vuelto al terreno positivo por primera vez en seis años. Esta situación llegará a elevar en hasta 400 euros el pago mensual de los préstamos.

Hasta ahora, los clientes de las hipotecas variables se habían beneficiado del desplome del euribor y habían logrado una rebaja sustancial sobre el tasa final. Hay que tener en cuenta que el euribor ha estado durante mucho tiempo en niveles negativos, de hasta el -0,5%.

El incremento de IPC, sobre todo por la guerra de Ucrania, está provocando un giro en la coyuntura y el mercado descuenta que el BCE va a elevar los tipos oficiales antes de finales de 2022 para combatir la inflación desbocada. Un hecho que generará otro golpe para el coste mensual de las hipotecas variables, muchas de ellas contratadas hace más de cinco ejercicios.

Más del 80% de los contratos

Más del 80% de las hipotecas formalizadas en nuestro país están referenciadas a tipos variables, principalmente al euribor, a pesar de que en los últimos años la mayor parte de las firmadas eran a tasas fijas al haber llegado a ser igual de baratas. Los bancos habían incentivado éstas con el fin de defenderse de nuevas caídas del euribor. Hasta la guerra de Ucrania las perspectivas apuntaban a que hasta al menos 2024 los tipos oficiales no fueran a subir.

La Asociación Hipotecaria Española (AHE) avisa en un reciente informe que un alza del precio del dinero «podría generar un repunte puntual en las negociaciones para modificar las condiciones financieras» y establecerlas a tasas fijas. Y explica que el margen para mejorar las condiciones es cada vez es menor y que éste se estrechará según remonte el euribor.

Sin embargo, los bancos serán flexibles a una renegociación con el fin de no perder el negocio de unos clientes que están vinculados con otros productos. Unos usuarios que cada día analizan más sus opciones y que han llevado a un incremento de las subrogaciones (llevar la hipoteca a otra entidad) durante la pandemia. Este ‘robo’ de préstamos creció en 2021 más de un 150%.

La banca vuelve a incentivar las variables

La banca, por tanto, atenderá las peticiones bajo determinados criterios, a pesar de que su estrategia también ha virado. Desde hace unos meses, buena parte del sector viene promocionando las hipotecas variables frente a las fijas en las nuevas contrataciones con el objetivo de ingresar más.

Los principales bancos, desde Caixabank hasta ING, han rebajado los diferenciales sobre el euribor en sus hipotecas variables y algunas, incluso, han endurecido el precio de las fijas. Un movimiento que, previsiblemente, continuará y se agudizará en tanto en cuanto el indicador variable escale.

La AHE sostiene que «la oferta crediticia se reorientará, como está sucediendo ya, hacia los préstamos a tipo variable por cuanto proporcionan a las entidades una planificación más estable dentro un horizonte de previsible subida de tipos de interés».

Freno de la actividad

Los bancos necesitan captar clientes para incrementar su actividad y con ello la cuenta de resultados, en un momento en que se espera que el boom hipotecario se frene como consecuencia de la inestabilidad, el mayor coste de las viviendas y el impulso de las compraventas durante el covid.

«Se puede entender que las consecuencias del entorno actual de precios y el posible endurecimiento de la política monetaria podrían provocar un freno en la formalización de nuevas operaciones», indica la AHE. De esta manera, añade que irá remitiendo de los niveles de máximos en los que se instaló la actividad en 2021.

 

Fuente: theobjective.com

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