A pesar de las subidas de intereses, algunos bancos apostaron por abaratar sus hipotecas variables como es el caso de Bankinter.
Bankinter fue uno de los primeros bancos que dio el paso y abarató su hipoteca variable a la vista de los cambios en el mercado y las previsibles subidas de los tipos de interés.
Desde el pasado febrero, la entidad establece un tipo de interés fijo del 1,25% durante el primer año, que después se reconvierte en euríbor + 0,85% (1,87% TAE), siempre y cuando el cliente se aplique las máximas bonificaciones.
Para poder optar a esos números, es necesario cumplir una serie de requisitos. Por ejemplo, domiciliar una nómina superior a 2.500 euros al mes, contratar un seguro de hogar que incluya un contenido mínimo de 30.000 euros y un capital de continente equivalente al valor de tasación de la vivienda, contratar un seguro de vida por el importe del préstamo y contratar un plan de pensiones, que debe estar en vigor durante toda la vida de la hipoteca con aportaciones anuales mínimas de 600 euros.
En ausencia de todas estas condiciones, el tipo de interés aumenta hasta el 2,55% durante los primeros 12 meses y hasta euríbor + 2,15% a partir de entonces (2,87% TAE).
La entidad también establece otros requisitos a la hora de conceder el préstamo. Por ejemplo, que está destinado a clientes que residan en España o que el importe de la hipoteca debe ser de al menos 60.000 euros.
En lo que se refiere a las comisiones, la hipoteca variable de Bankinter establece una comisión de apertura de 500 euros y también penaliza las amortizaciones anticipadas, ya sean parciales o totales. Los desembolsos deben ser de al menos 300 euros y la penalización asciende al 0,25% del capital amortizado si el pago se realiza durante los primeros tres años del préstamo y del 0,15% entre el cuarto o quinto año. A partir de entonces, y como dicta la ley hipotecaria, las comisiones desaparecen.
Entre las principales ventajas de esta hipoteca variable está que permite financiar la compra de cualquier tipo de vivienda. En el caso de una residencia habitual, el banco está dispuesto a prestar hasta el 80% del menor de estos dos importes: el valor de tasación del inmueble y el precio de compra. Si se trata de una segunda residencia, el porcentaje máximo es del 60%.
Por último, el plazo máximo de contratación asciende a 30 años, siempre que ninguno de los titulares del préstamo tenga más de 75 años al finalizar el pago.
Fuente: www.idealista.com