La comparativa de 50 pólizas realizado por la OCU señala que solo 4 de ellas cobrarían una cantidad aproximada a la que podría pagar un particular por la contratación directa de la funeraria.
El análisis de pólizas de decesos realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte que, salvo excepciones, el asegurado terminará pagando bastante más de lo que le costaría como particular contratar los servicios de una funeraria. Además, ya incluyen todos los gastos: féretro, tanatorio, coche fúnebre, cementerio, flores, esquelas, trámites y gestiones, etc. La OCU añade que, en caso de incineración, el importe sería aún menor, por lo que el seguro interesaría aún menos si cabe.
Solo 4 de las 50 pólizas analizadas por la asociación cobran un importe similar al que pagaría un particular por un entierro sencillo. Y tres de ellas son de prima única, es decir, se paga una única y sustanciosa prima de golpe, cuyo capital se actualizará de año a año; y para las que no hay que responder a ningún cuestionario de salud.
Sin embargo, OCU advierte de que dos de ellas contemplan la posibilidad de aumentar su prima o cobrar a los familiares el exceso de gasto del sepelio una vez el asegurado haya fallecido. Son pólizas que solo pueden contratarse una vez cumplidos los 65 o 70 años.
La organización asegura que el otro seguro que cobra un importe similar al que facturaría una funeraria, es de prima periódica; es decir, se paga poco a poco y de año en año. En este caso no hay una edad mínima de contratación, pero sí máxima: entre los 65 y 75 años.
La única ventaja de estos seguros frente a la contratación directa de los servicios básicos con una funeraria son ciertas garantías complementarias, como cubrir los traslados del cuerpo, formalizar parte del papeleo o la asistencia en viaje.
La OCU considera que hay alternativas más interesantes, como reservar un dinero en el banco destinado a pagar posteriormente los gastos del sepelio o contratar un seguro de vida. Esta última opción, aparte de incluir los gastos derivados del fallecimiento, permite asegurar un capital importante con el que socorrer a la familia. Además, suele cubrir igualmente la invalidez absoluta.
No obstante, la organización advierte de que si ya se tiene un seguro contratado y la esperanza de vida es corta, interesa mantenerlo. Y si se cuenta desde hace poco con un seguro de primas periódicas y no se quiere prescindir de él, podría considerarse cambiarse a una compañía más barata, pero sin anular el primero hasta confirmar que le acogen en el segundo sin limitaciones teniendo en cuenta su actual estado de salud.
Fuente: www.heraldo.es