Las hipotecas serán más caras y ahorraremos menos

Como consecuencia de la subida de tipos no sólo las cuotas de las hipotecas subirán, sino que no ahorraremos tanto y tampoco consumiremos al mismo nivel.

En las últimas semanas están creciendo a marchas forzadas las probabilidades de que este año suban los tipos de interés en la eurozona.

El mercado ya descuenta que la era del precio del dinero en los mínimos históricos del 0,0% ha llegado a su fin y que, por primera vez desde 2011, el Banco Central Europeo (BCE) se verá obligado a subir tipos para contener la escalada de la inflación en la zona de la moneda común.

La presidenta del organismo, Christine Lagarde, y vicepresidente, Luis de Guindos, han dejado entrever en los últimos días que esta decisión monetaria podría llegar en verano, y cada vez son más los analistas y economistas que dan por hecho que en la segunda mitad de año se sucederán varios incrementos.

Al menos, el euríbor a 12 meses ya está descontando fuertes subidas de tipos: el indicador de referencia para tres de cada cuatro hipotecas en España entró en terreno positivo en tasa diaria a mediados de abril y en los últimos días ya se encuentra por encima del 0,1%, lo que deja la media mensual provisional por encima del 0%, algo que no sucede desde principios de 2016.

Los expertos consultados por idealista/news afirman que con la subida del preco del dinero las familias y los autónomos perderán capacidad de consumo y ahorro por el encarecimiento de los préstamos, y alertan de que los sobrecostes podrían ser superiores a lo que se está contemplando actualmente en los próximos años.

Las subidas de tipos, un hecho

“Con una inflación en Europa en el 7,4%, que es máximos históricos; una inflación en España en el 9,8% y una inflación en EEUU en el 8,5%, las subidas de tipos de interés a los dos lados del Atlántico son un hecho. Saber si van a ser dos, cuatro o siete subidas es imposible en el momento actual, pero indudablemente las subidas son seguras y, posiblemente con una inflación mucho más estructural de lo que queremos pensar, también son necesarias para mantener la inflación controlada. Mi apuesta es que este año los tipos terminen en Europa en el entorno del 1% y en EEUU, cerca del 2%”, afirma Manuel Romera, director del Sector Financiero en IE Business School.

En esa misma línea, Juan Carlos Higueras, profesor de EAE Business School, ve “evidente que los tipos van a subir este año, porque la situación económica y la inflación no permite retrasar mucho más el fin de la barra libre del BCE, y con los niveles de inflación tan elevados en Europa, corremos gran riesgo de entrar en estanflación”. En su opinión, es muy probable que haya varias subidas de tipos este año, hasta quedarse en torno al 0,75%, aunque no descarta que terminen 2022 en un nivel superior.

Estos números también los avala María Jesús Fernández, economista senior de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), quien explica que “los futuros están descontando subidas intensas de los tipos de interés, que podrían situarse entre el 1,5% y el 1,7% en 2023”, aunque las previsiones que dibuja la propia Funcas no contemplan de momento un repunte tan abrupto.

Quien sí pronostica un escenario más complejo es Daniel Lacalle, economista jefe de la sociedad de valores Tressis, que sostiene que “los tipos de interés deberían subir al 3% lo antes posible para estar en línea con las expectativas de inflación”.

Impacto en las familias y los autónomos

Con estas previsiones sobre la mesa, los expertos lanzan un mensaje de advertencia a quienes estén pagando una hipoteca o un préstamo variable referenciado al euríbor: se avecina una subida de las cuotas que podría ser peor de lo que se espera actualmente.

“Para quienes estén pagando una hipoteca variable, la subida de los tipos de interés supone una detracción importante de la renta, lo que retrotraerá el consumo”, señala la economista senior de Funcas. Fernández también insiste en que la buena noticia es que “las cuotas hipotecarias actuales se encuentran en niveles históricamente bajos, por lo que, por mucho que suban, no debería producirse un escenario dramático”.

Juan Villén, responsable de idealista/hipotecas, también habla de la reducción de la renta disponible de las familias como consecuencia de las futuras subidas de los tipos de interés, así como la reducción de la capacidad de ahorro. “La alta inflación -cuando es superior a la subida de rentas – implica un mayor gasto, y la subida de las cuotas hipotecarias (para quienes tengan préstamos a tipo variable), también implicarán un mayor gasto que no se podrá dedicar a otros fines o al ahorro. Esto puede ralentizar el crecimiento económico, e incluso tener un efecto negativo en el empleo e incrementar la morosidad”, explica Villén.

Su visión la comparte el profesor de EAE Business School. Juan Carlos Higueras añade que “las familias con préstamos indexados al euríbor tendrán una repercusión directa en el momento de la renovación (normalmente anual) de sus condiciones. Esto afecta a los préstamos al consumo, pero sobre todo a la gran base de crédito hipotecario a tipo variable que hay en España. También afectará a aquellos que quieran la concesión de un crédito que lo tendrán más difícil para la concesión (al aumentar las cuotas a pagar) y el propio pago de dichas cuotas en relación a los ingresos familiares”.

Por su parte, el director del Sector Financiero en IE Business School alerta de los efectos que puede tener este cambio en política monetaria sobre todo a medio plazo. “Como la mayoría de las hipotecas vivas son a tipo variable y a largo plazo, la cuota subirá bastante más de lo que la gente quiere pensar en los próximos cinco años. Si el euríbor a medio plazo se sitúa en los alrededores del 3%, las cuotas de las hipotecas pueden subir un 50%”, advierte Romera.

De qué depende que suban más o menos los tipos

Los economistas y expertos en materia hipotecaria recuerdan que nos encontramos en un momento de incertidumbre y que las decisiones en materia monetaria dependen de varios factores, entre ellos la evolución de la inflación o de la economía.

Juan Villén, responsable de idealista/hipotecas, quien señala que “tenemos que diferenciar el euríbor de los tipos a largo plazo” y que, “mientras el euríbor ha empezado una escalada lenta, pero continuada, entrando ya en terreno positivo, los tipos a largo plazo se han disparado por encima del 1,5%”.

Villén explica que “la inflación está muy afectada por el precio de la energía y las limitaciones de oferta” e insiste en que “es muy difícil saber hasta dónde subirán los tipos de interés, porque no sabemos cómo se va a comportar en los próximos meses la inflación subyacente (que descuenta de la inflación tradicional los precios de la energía y los alimentos, al ser considerados los más volátiles), y tampoco el impacto en la economía y por tanto en la demanda”.

La inflación es una de las variables más importantes en la agenda del Banco Central Europeo (BCE). De hecho, el control de los precios en la eurozona es el epicentro de su estrategia, junto con el impulso de la economía y la estabilidad financiera. El nivel que el guardián del euro considera adecuado para la inflación es de un 2% flexible, lo que significa que los precios están subiendo actualmente cinco puntos por encima de lo deseable. En el caso de la inflación subyacente, la diferencia es de casi un punto respecto al objetivo de la autoridad monetaria y financiera (cerró marzo en el 2,9%, máximo histórico en la eurozona).

“Todo dependerá de si la inflación subyacente también se mantiene elevada en los próximos meses. Si no se agravan los acontecimientos, en 2023 la subida de los precios tendría que moderarse, aunque solo sea por el efecto comparativo respecto a este año. Pero todavía es incierto, depende de si entramos o no en una espiral alcista a través de los salarios”, recalca la economista senior de Funcas.

Otro de los factores que pueden marcar el paso de las decisiones monetarias, según Daniel Lacalle, el potencial recalentamiento del mercado de crédito. Según un informe reciente del Banco de España, el crecimiento del crédito hipotecario nuevo en España fue especialmente significativo en 2021, con tasas de crecimiento interanuales del crédito superiores al 40% en la parte final del año.

Sin embargo, el organismo apunta a que, debido a los niveles reducidos de los que partía, la ratio del flujo anual de crédito nuevo sobre el PIB de momento se mantiene en línea con la del resto de la eurozona, por lo que la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS) no ha encontrado desequilibrios inmobiliarios sistémicos en este ámbito, pese a que pide vigilar de cerca la evolución del mercado de la vivienda en la región.

La protección: evitar nuevas deudas, amortizaciones y tipos fijos

Llegados a este punto, los expertos resumen varias recomendaciones a las familias para que estén preparadas para lo que viene. En líneas generales, aconsejan amortizar préstamos a largo plazo si disponen de ahorros, evitar contraer nuevas deudas y, en caso de tener que apalancarse, que analicen la posibilidad de hacerlo a un tipo de interés fijo para eliminar riesgos y garantizarse el pago de la misma cuota mensual, independientemente de qué pase con la inflación, el precio del dinero o el euríbor.

Según el economista Daniel Lacalle, las dos únicas maneras que tienen los hogares para evitar un fuerte impacto en la economía doméstica es “no endeudarse y cerrar préstamos a largo plazo”. En este punto, conviene tener en cuenta que muchos bancos aplican comisiones por amortización anticipada de las hipotecas, ya sea una cancelación parcial o total, por lo que reducir el capital pendiente de pago podría suponer un coste en muchos casos.

El responsable de idealista/hipotecas, por su parte, insiste en que “las subidas de tipos de interés solamente afectan de manera directa a las familias si están endeudadas a tipo variable, lo que en España casi siempre sucede con las hipotecas (aunque también afecta a autónomos que tengan líneas de crédito)”. En su opinión, “la mejor manera de protegerse es sin duda cambiar las hipotecas variables a fijas, puesto que, aunque puedan suponer un coste superior en el corto plazo, evitarán sustos si los tipos terminan subiendo más”.

Eso mismo aconseja el director del Sector Financiero en IE Business School, quien recalca que una forma de contener los gastos extra es pasando las hipotecas de tipo variable a tipo fijo. “Todavía están a tiempo, ya que los tipos fijos siguen estando relativamente bajos, pero lo estarán por poco tiempo. Aún hay hipotecas muy por debajo del 2%”, aclara Manuel Romera.

Para María Jesús Fernández, la clave también está en buscar el refugio del tipo fijo. “Al contrario de lo que hubiera recomendado hace tres o cuatro años, quizá ahora el tipo de interés fijo es más propicio por el escenario tan incierto en el que nos encontramos”, reconoce la economista senior de Funcas.

Con todo, el profesor de EAE pide mirar el lado positivo de la situación y concluye que, “a pesar de que se endurezcan las condiciones de acceso al crédito para las familias, el objetivo de la subida de tipos tiene que ver con la contención de la inflación que es un bien que afecta no sólo a las familias endeudadas, sino también al resto, porque a todos nos afecta la pérdida de poder adquisitivo”.

 

Fuente: www.idealista.com

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