En un contexto donde el Euríbor supera el 4% y los tipos fijos pueden alcanzar hasta un 5% TAE, surge la duda sobre si es conveniente pasar de una hipoteca variable a una fija. Esta decisión dependerá de varios factores, y es importante recordar que desde noviembre de 2022 los gastos por este proceso son gratuitos.
Dos formas de cambio: Subrogación y Novación
Existen dos métodos para cambiar el tipo de hipoteca: la subrogación y la novación. La subrogación implica el cambio de entidad financiera y a menudo modifica condiciones, incluido el interés. La novación, en cambio, altera las cláusulas con la misma entidad, lo que puede afectar el interés, el capital, el plazo o los requisitos de bonificación.
Cambio sin costos: Beneficios del Decreto Ley
Hasta hace poco, estos cambios tenían costos, pero el Decreto Ley 19/2022 estableció un Código de Buenas Prácticas para aliviar las alzas de interés en préstamos hipotecarios. Desde 2023, los cambios de hipoteca de variable a fija son gratuitos, tanto para la subrogación como la novación, con la excepción de cambios a hipotecas mixtas.
¿Vale la pena ahora?
La decisión dependerá de las circunstancias personales. Verónica Rodríguez de Asufin recomienda no cambiar a una hipoteca fija con un interés superior al 2,5-3% TAE, dado que se espera una bajada del Euríbor a partir del próximo año. Asufin aconseja considerar el monto pendiente y la disposición a pagar al mes, dado que el Euríbor anticipa una estabilidad en el precio del dinero en el futuro cercano.