Para las empresas que gestionan asuntos relacionados con préstamos, pagos y demás, una de las principales defensas contra la morosidad es contemplar la solvencia de sus clientes. No obstante, un 10% de ellas no incluyen este factor en su política de riesgos.

De acuerdo con el último estudio de Crédito y Caución e Iberinform, el 10% de las empresas no aplica una política de riesgos para gestionar los posibles impagos en sus procesos de prospección de clientes. A pesar de que el estudio apunta a un incremento en los niveles de morosidad, confirma que el tejido empresarial sigue focalizado en 2022 en incrementar su facturación: de hecho, solo un 46% de las empresas cuenta con procedimientos estructurados que definan su política de riesgos comerciales.

El dato positivo, según este informe, lo marca la evolución en el uso de los criterios de solvencia en la selección de clientes. Solo el 31% de las empresas, cuatro puntos porcentuales menos que hace un año, gestiona de forma deficiente su riesgo de crédito al no utilizarlos. «Esta falta de análisis es una carencia estructural en términos de protección del tejido empresarial frente a los efectos de la morosidad. El ratio actual está solo dos puntos por encima del 29% que marcaba en los años más severos de la crisis», se explica.

También se registra una consolidación de los comités de riesgos. El 35% de las empresas cuenta ya con estas estructuras para el control sistemático y transversal de la cartera de clientes que permite la revisión, aprobación y recomendación de límites en la exposición al riesgo. Este dato supone un avance de trece puntos frente al valor previo a la pandemia. «Pese al cambio de tendencia, estamos todavía lejos del máximo histórico de 2012 cuando, como reacción a la anterior crisis económica, un 58% de las empresas llegó a contar con estos órganos formales», según el estudio.