La duda sobre cuánto puede subir la hipoteca asalta a quienes tienen pendiente su pago, y más aún teniendo en cuenta que el euríbor se encuentra en subida constante, por lo que es normal preguntarse si existe algún modo de saber hasta qué punto llegará a ser más cara.
El Banco Central Europeo (BCE) está decidido a subir los tipos de interés lo que haga falta para controlar la galopante inflación. El pasado día 27 de octubre los elevó hasta el 2% y, si sigue la estela de la Reserva Federal estadounidense -que los ha colocado en el 4%- no será la última subida. Este encarecimiento de tipos tiene una consecuencia inmediata: un nuevo incremento del euríbor a doce meses, el índice que se utiliza para calcular el interés de los préstamos hipotecarios a tipo variable en España. Este indicador cerró octubre en el 2,62%, su nivel más alto desde 2009.
Algunas previsiones contemplan un euríbor de hasta el 3% para diciembre. «Algo que no ocurría desde la crisis de 2008», señala Miquel Riera, experto en hipotecas del comparador financiero. Esto encarecerá «notablemente» todas las hipotecas variables que se vayan a revisar en los próximos meses. Los analistas del comparador estiman que las cuotas podrían aumentar «en más de un 30%». La intensidad de esa subida dependerá, en todo caso, de diversos factores: el importe, el plazo, el diferencial (porcentaje que se suma al euríbor), o la fecha de contratación del préstamo, entre otros. Por lo general, cuanto menos tiempo haya transcurrido desde su firma, más se incrementarán las mensualidades tras la revisión. Esto se debe, según Riera, a que en el sistema francés de amortización (el que se utiliza en España) «la mayor parte de los intereses de una hipoteca se paga durante sus primeros años de vida».
Por ejemplo, una persona que contrató hace un año una hipoteca variable media con un importe de 150.000 euros a un plazo de 25 años y un interés de euríbor más 1%, revisado anualmente con el valor del índice en septiembre (acabó en 2,233%). «En estos momentos ese préstamo tiene una cuota de unos 532 euros al mes, pero en cuanto se actualice su interés sus mensualidades pasarán a ser de unos 721 euros, un 35% más caras (unos 2.265 euros más al año)», explica.
Simuladores de revisión de hipotecas
Para conocer cuánto le subirá la mensualidad, la persona hipotecada puede pedir una cita con su banco para que le realice una simulación. Pero también puede calcularlo con herramientas ‘online’, como el simulador de revisión de hipotecas variables de la Asociación Hipotecaria Española ( AHE).
A partir de aquí, esta persona deberá valorar si podrá o no hacer frente a la nueva cuota. El Banco de España estima que para no desarbolar las finanzas del hipotecado, la nueva mensualidad -sumada a la de los otros créditos que pueda tener- no debe superar el 35% de sus ingresos netos mensuales.
Si puede permitirse ese incremento, y le interesa seguir con el interés variable, «puede rebajar su diferencial mediante una negociación con su banco o el traslado de la hipoteca a otra entidad. De este modo, cuando se revise su contrato, el interés será más bajo y las mensualidades no se encarecerán tanto», dice el experto del comparador financiero. ¿Y si el hipotecado no está en condiciones de asumir la nueva cuota? La Asociación de Usuarios Financieros (Asufin) asegura que el banco «debe ofrecer una serie de soluciones establecidas en el Código de Buenas Prácticas Bancarias.
Para acogerse a estas medidas en primer lugar hay que informar a la entidad de la situación financiera. La ley hipotecaria les obliga a facilitar medidas que permitan reestructurar la deuda para establecer «un nuevo plan de pagos más favorable». Eso sí, el hipotecado tiene que cumplir una serie de requisitos, «como estar en lo que se conoce como umbral de exclusión». Es decir, que el precio de su vivienda esté dentro de los límites fijados y, aunque se haya iniciado un procedimiento de ejecución hipotecaria, «no se haya producido todavía el anuncio de la subasta».
El nuevo plan de pago, explican los expertos de Asufin, fija las siguientes condiciones: durante los cinco primeros años tras la reestructuración sólo se pagarán intereses. Además, se aplicará como tipo el euríbor más el 0,25%. El plazo de amortización se ampliará, no se aplicará la cláusula suelo, y el pago anticipado durante los 10 años siguientes «no supondrá coste alguno». Si después de reunir estos requisitos la cuota a pagar es inferior al 50% de los ingresos de la unidad familiar, «el plan de reestructuración es viable y se procederá a su aplicación». Si es superior al 50%, el plan se considerará inviable. Al margen de la reestructuración, la entidad financiera «deberá ofrecer una quita sobre el conjunto de la deuda si la primera no resulta suficiente». Si aún así el pago sigue sin ser viable, «los deudores podrán solicitar la dación en pago, que consiste en entregar al banco la vivienda hipotecada para que la deuda se cancele».
Fuente: www.elcorreo.com