Los últimos meses están siendo complicados para quienes tienen una hipoteca y debido a la subida de tipos se plantean cambiar de banco, dado que es complejo saber hasta qué punto esto puede ser beneficioso o no.
Cambiar la hipoteca de banco es una operación relativamente sencilla y, en la mayoría de casos, nos va a permitir ahorrar algo de dinero por lo que pagamos por el préstamo. Sin embargo, se trata de una operación que tiene tanto ventajas como inconvenientes, y que conviene conocer antes de decidirse a hacerlo.
En este artículo te contamos las principales ventajas y desventajas que tiene cambiar la hipoteca de un banco a otro y que te ayudarán a decirte si hacerlo o no. ¡Presta atención!
¿Qué es cambiar la hipoteca de banco?
Cambiar la hipoteca de banco es una operación conocida como subrogación del acreedor. Esta operación consiste en trasladar el préstamo (capital e intereses correspondientes) que se tiene de un banco a otro. Es decir, consiste en pasar la deuda de una entidad bancaria a otra.
¿Para qué sirve cambiar la hipoteca de banco?
Cambiar la hipoteca de banco, o llevar a cabo una subrogación del acreedor, sirve principalmente para mejorar las condiciones que se tienen respecto a la hipoteca. En este sentido, hay que tener en cuenta que, con el cambio de hipoteca de un banco a otro, se vuelven a formular las condiciones del contrato de la hipoteca y, gracias a ello, se pueden obtener mejores condiciones que las que se tenían en el contrato con el banco anterior.
Ventajas de cambiar mi hipoteca de banco
Las principales ventajas de cambiar la hipoteca de banco son las siguientes:
- Mejora del tipo de interés: Con el cambio de hipoteca de banco o subrogación del acreedor, se puede obtener un tipo de interés más bajo que el que se está pagando en el primer banco, lo que se traduce en una cuota mensual más baja y mayor ahorro por nuestra hipoteca.
- Cambiar de tipo de interés entre variable y fijo: Otra ventaja del cambio de hipoteca a otro banco es que nos permite cambiar la hipoteca de variable a fija (o viceversa). Esto es algo que, con los tipos de interés bajos, nos puede interesar mucho, ya que, con una hipoteca fija, pagaremos menos dinero a largo plazo. De hecho, se trata de una práctica muy común en las hipotecas después de la pandemia.
- Eliminar comisiones y productos vinculados: Al cambiarnos de banco, también podemos comparar hipotecas y seleccionar aquellas que tienen menos comisiones y menos productos vinculados, por lo que esta también es una ventaja importante que conviene tener en cuenta.
- Ampliar el plazo de amortización: Al reformular las condiciones del contrato de la hipoteca que traspasamos de un banco a otro, también podemos ampliar el plazo de amortización. Es decir, disponer de más años para devolver el capital que el banco nos presta.
Desventajas de cambiar mi hipoteca de banco
No obstante, cambiar la hipoteca de banco también tiene algunas desventajas o inconvenientes que conviene conocer:
- No es gratis: La principal desventajas a la hora de cambiar la hipoteca de un banco a otro es que hay que asumir una serie de gastos. Por ejemplo, la comisión por subrogación (que desde la ley hipotecaria de 2019 está limitada por ley). Además, en algunos casos, también habrá que hacer frente a otros gastos como la cancelación registral o una nueva tasación bancaria. No obstante, con todo ello, cambiar la hipoteca de banco sigue siendo una de las principales formas de ahorrar dinero en nuestra hipoteca.
- El banco debe aceptar la subrogación: La otra desventaja de cambiar mi hipoteca de banco consiste en que, para llevarla a efecto, es necesario que el nuevo banco acepte la subrogación. Es decir, dependemos del nuevo banco para poder disfrutar de las condiciones ventajosas del cambio de hipoteca, por lo que es importante comparar hipotecas antes de decantarse por una u otra hasta encontrar la que realmente más nos conviene.
¿Cómo cambiar la hipoteca de un banco a otro?
Si finalmente decidimos cambiar nuestra hipoteca de banco, lo primero que debemos hacer es ponernos en contacto con el nuevo banco al que queremos llevar nuestra hipoteca. Después, el nuevo banco debe hacernos una oferta vinculante para subrogar nuestra hipoteca. Entonces, nuestro banco antiguo puede hacer una contraoferta y, según nos interese más o menos, deberemos escoger entre una u otra.
Una vez que hayamos tomado la decisión, bastará con seguir los trámites habituales para formalizar la subrogación de la hipoteca, lo que incluirá el pago de los gastos asociados. Como, por ejemplo, la comisión de subrogación. A partir de que el cambio se haga efectivo, las cuotas mensuales de nuestra hipoteca las pagaremos en el nuevo banco, perdiendo toda vinculación (respecto a la hipoteca) con el antiguo banco.
Fuente: www.idealista.com